viernes, 19 de febrero de 2016

La Semana Santa o Semana Mayor


Con el domingo de Ramos se inicia la Semana Mayor, últimos días de Jesucristo, que finaliza el Domingo de Resurrección o Pascua de Resurrección.

La Semana Santa o Semana Mayor está cargada del sentido cristiano y según estos debe ser tiempo para reflexionar en Jesucristo, hijo de Dios que ofrendó su vida para que vivamos en paz.

El significado de esta semana es puramente cristiano, sin embargo, este período de asueto es empleado por muchas personas para realizar actividades de esparcimiento y diversión. 

Este “tiempo santo” muy bien podría ser utilizado para reflexionar en qué cosas podemos hacer para realizar cambios positivos en nuestras vidas, trabajo, en el país y por qué no hasta en el mundo.

Para los cristianos, la Semana Santa es el tiempo litúrgico más importante, y es dedicado a la oración y reflexión de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, hijo de Dios.

La época se inicia con la cuaresma, conocida como el tiempo de preparación, donde se recuerda los cuarenta días de Jesús en el desierto. Comienza con el miércoles de ceniza y culmina con el Domingo de Ramos.

Es bueno aclarar que todos los actos que se realizan desde el inicio de la Semana Santa, tienen un significado cristiano, y con ello se busca recordar el sacrificio de Jesús en la cruz.

El verdadero significado de la gran Fiesta Pascual, como también se le llama a este período, es tener un encuentro con Dios y acercarnos más al prójimo realizando buenas acciones.

Los cristianos interpretan la Semana Santa, no como el recuerdo de un hecho histórico, o un momento de vacaciones sin sentido, para ellos es tiempo de perdón y de reconciliación fraterna, expulsando de sus corazones el rencor, odio y la envidia.

La Semana Mayor se inicia este primero de abril con el Domingo de Ramos, día en que se recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y finaliza el domingo 8 del mismo mes, con el Domingo de Resurrección.

Por su lado, el Jueves Santo abre el Triduo Pascual, que no es más que los tres días en que los católicos celebran la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Comprende el tiempo desde la tarde del Jueves Santo, hasta la tarde del Domingo de Pascua. Es el corazón del año litúrgico.

El Viernes Santo es el episodio más triste de la Semana Santa conmemorándose la muerte en la cruz de nuestro señor Jesucristo.

El Sábado Santo se medita sobre el misterio de la pasión de Cristo, el Domingo de Resurrección, es el momento de mayor júbilo donde se celebra la resurrección de Jesús.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Los Hábitos



Hábito

En psicología el hábito es cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato.
Algunos hábitos (por ejemplo, el emparejar una agujeta constantemente) pueden desperdiciar importantes procesos mentales que bien podrían aprovecharse en tareas más exigentes, pero otros fomentan prejuicios o son perjudiciales (véase vicio).
En la “Ética a Nicómaco”, Aristóteles define los hábitos como aquello en virtud de lo cual nos comportamos bien o mal respecto de las pasiones. El hábito predispone a un sujeto para la realización perfecta de una tarea o actividad. En la medida en que la naturaleza predispone también a un sujeto (puesto que le da inclinaciones) la tradición habla de los hábitos como de segundas naturalezas.
Cinco métodos son los comúnmente usados para romper con las costumbres indeseables:
1.   Sustituir la acción habitual por una nueva;
2.   Repetir el comportamiento hasta que se vuelva agradable;
3.   Separar al individuo del estímulo que lo induce a determinada conducta;
4.   Habituación
5.   Castigo.
Existen diferentes tipos de hábitos, algunos de estos son:
1.   Hábitos físicos
2.   Hábitos afectivos
3.   Hábitos sociales
4.   Hábitos morales
5.   Hábitos intelectuales
6.   Hábitos mentales
7.   Hábitos de higiene
8.   Hábitos costumbristas
¿Cómo se forman los hábitos
Nadie nace con ellos, se adquieren, no suceden sin ser ocasionados. Cada persona suele moldear continuamente su forma de ser y de actuar, de acuerdo a las influencias que recibe del medio que la
rodea; en la casa, en la escuela, en el trabajo, con los amigos, con todo esto vamos construyendo nuestra identidad, estilo de vida, y construimos así nuestro sistema de creencias y valores, el cual define la actitud que tendremos ante la vida y el rol que ocuparemos en la sociedad, mismo que estará presente en toda situación o actividad y puede ser modificado por las exigencias del medio.

Los valores, ideas, sentimientos y experiencias significativas definen los hábitos de cada persona. Por tanto los hábitos se crean, no se obtienen por herencia, se pueden volver necesidades y nos llevan a realizar acciones automatizadas.

FUENTE: https://es.wikipedia.org/wiki/H%C3%A1bito

viernes, 12 de febrero de 2016

¿Por qué la gente consume drogas?





¿Por qué la gente consume drogas?


·         Para sentirse bien. La mayoría de las drogas de las que se abusa producen sensaciones intensas de placer. Esta sensación inicial de euforia es seguida por otros efectos, que varian según el tipo de droga que se consume. Por ejemplo, con estimulantes como la cocaína, la sensación de euforia es seguida por sentimientos de poder, confianza en uno mismo y mayor energía. En contraste, la euforia causada por opiáceos como la heroína es seguida por sentimientos de relajación y satisfacción.
·         Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad social, trastornos relacionados con el estrés y depresión, comienzan a abusar de las drogas en un intento por disminuir los sentimientos de angustia. El estrés puede jugar un papel importante en el inicio del consumo de drogas, la continuidad en el abuso de drogas o la recaída en pacientes que se recuperan de la adicción.
·         Para desempeñarse mejor. Algunas personas sienten presión por aumentar o mejorar químicamente sus capacidades cognitivas o su rendimiento deportivo, lo que puede desempeñar un papel en la experimentación inicial y el abuso continuo de drogas como los estimulantes recetados o los esteroides anabólicos/androgénicos.
·         La curiosidad y el “porque otros lo hacen.” En este aspecto, los adolescentes son particularmente vulnerables, debido a la fuerte influencia de la presión de sus pares. Los adolescentes son más propensos que los adultos a participar en comportamientos riesgosos o temerarios para impresionar a sus amigos y expresar su independencia de las normas parentales y sociales.

Si consumir drogas hace que la gente se sienta bien o mejor, ¿cuál es el problema?


Cuando consumen una droga por primera vez, las personas pueden percibir los que parecen ser efectos positivos; también pueden creer que pueden controlar su consumo. Sin embargo, las drogas pueden apoderarse rápidamente de la vida de una persona. Con el tiempo, si el consumo de drogas continúa, otras actividades placenteras se vuelven menos agradables, y las drogas se vuelven necesarias para que el consumidor se sienta “normal.” Luego, es posible que busquen y consuman drogas compulsivamente, a pesar de que estas les causan tremendos problemas a ellos y a sus seres queridos. Algunos pueden comenzar a sentir la necesidad de tomar dosis más altas o más frecuentes, incluso en las primeras etapas del consumo. Estos son los signos reveladores de una adicción.

¿El continuo abuso de drogas es un comportamiento voluntario?

Por lo general, la decisión inicial de consumir drogas es voluntaria. Sin embargo, con el consumo continuo, la capacidad de una persona para ejercer el autocontrol puede verse seriamente afectada. Este deterioro en el autocontrol es el sello distintivo de la adicción. Estudios de imágenes cerebrales de personas con adicciones muestran cambios físicos en áreas del cerebro que son esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje y la memoria, y el control del comportamiento.

¿Por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas y otras no?

Al igual que con cualquier otra enfermedad, la vulnerabilidad a la adicción varia de persona a persona, y no existe un solo factor que determine si una persona se volverá adicta a las drogas. En general, cuanto más factores de riesgo tenga una persona, mayor es la probabilidad de que el consumo de drogas se convierta en abuso y adicción. Por otra parte, los factores de protección reducen el riesgo de la persona de desarrollar una adicción. Los factores de riesgo y de protección pueden ser ambientales (como las situación del hogar, la escuela y el vecindario) o biológicos (por ejemplo, los genes de la persona, su estado de desarrollo e incluso su género u origen étnico).
¿Qué factores ambientales aumentan el riesgo de adicción?
·         El hogar y la familia. La influencia del entorno hogareño, especialmente durante la infancia, es un factor muy importante. Los padres o los miembros mayores de la familia que abusan del alcohol o las drogas, o que manifiestan comportamientos criminales, pueden aumentar el riesgo de que ellos también desarrollen problemas con las drogas.
·         Los amigos y compañeros de escuela. Los amigos y conocidos pueden tener una influencia cada vez mayor durante la adolescencia. Si estos pares consumen drogas, pueden convencer hasta a quienes no tienen factores de riesgo de que las prueben por primera vez. El fracaso escolar o la falta de habilidades sociales pueden poner a un niño en mayor riesgo de consumir o convertirse en adicto a las drogas.



martes, 9 de febrero de 2016

Clasificación de medios sociales


Las tecnologías de medios sociales aparecen en diferentes formatos entre los que destacan: blogsredes profesionales, redes sociales de empresas, forosmicro blogs, compartir fotos, crítica de productos o servicios, marcadores socialesjuegos socialesredes socialescompartir vídeos y mundos virtuales8
Características:
Audiencia: Ambos medios proporcionan la tecnología que permiten a cualquier persona accederla, de modo que ambas pueden llegar a una audiencia global.
Accesibilidad: Los medios de masas son generalmente de pago y son propiedad de un particular o del gobierno, mientras que los medios sociales están en general disponibles para cualquier persona con poco o ningún costo.
Facilidad de uso por los creadores: En los medios industriales la producción del contenido requiere normalmente de recursos y conocimientos especializados. La mayoría de los medios sociales, o en algunos casos se reinventa habilidades, de modo que cualquier persona puede ser un productor en estos medios.
Instantaneidad: El tiempo que transcurre entre la producción del contenido y su entrega a las audiencias puede ser largo (días, semanas o incluso meses) en comparación con los medios sociales (que puede ser capaz brindar contenido prácticamente de forma instantánea o sólo con muy pequeños retraso en su publicación. Los medios Industriales están evolucionando con la adopción de recursos y tecnologías de modo que esta característica puede no ser la más distintiva en poco tiempo.
Edición del contenido: En los medios industriales, una vez creado el contenido éste no puede ser alterado (una vez que el artículo de una revista se ha impreso y distribuido los cambios no se pueden hacer en ese mismo artículo), mientras que los medios sociales no solo se enriquecen con los comentarios de las audiencias, sino que el contenido puede ser alterado instantáneamente por los productores, mejorando en contenido para las audiencias.
Problemática creciente:
Las redes sociales en Internet son un imán para los más jóvenes. En esos sitios, puede crear su propio mundo, a través del que establece relaciones con el de otros, o más indeseable con personas que no conoces bien. Padres y educadores no deberían obviar la existencia de unos "lugares" de ocio y que influirán en la educación o formación de sus hijos. A la vez, deben compartir la preocupación por la falta de seguridad que puede derivarse de estas web.
Porque el usuario de estos sitios está, por definición, dispuesto a compartir imprudentemente información personal con amigos y otros jóvenes, cuando no con el mundo entero. Bajo la presión de los medios y de la opinión pública. Se plantea la necesidad de ofrecer mecanismos más restrictivos para disminuir el uso entre los más jóvenes, algunos sitios limitan la edad a los 13 años pero la mayoría se puede usar desde que se tiene uso de razón y lenguaje, se deben tomar medidas para impedir la falsificación de la edad, tanto por parte de esos menores como por parte de pederastas que se hagan pasar por jóvenes. Por ahora no hay manera de confirmar la edad real del usuario que se suscribe. Sin embargo, por numerosos que sea los parches y la "Seguridad", parece que la mejor manera que tienen los padres de enfrentarse a los problemas sociales que se derivan de las redes sociales es conocerlas y enseñar a los menores a usarlas responsablemente, ya que ignorarlas solo aumentara la incertidumbre sobre cómo enfrentar el nuevo fenómeno social creciente, enfrentado con la no respuesta de los gobiernos para combatir los cada vez más frecuentes Bulling cibernéticos.
Clasificación[editar]
Los medios sociales pueden adoptar muchas formas diferentes, incluyendo foros de Internet, Blogs de personalidades, blogs sociales, wikis, podcasts, fotos y vídeo.
Ejemplos de aplicaciones de los medios sociales son: Wikipedia (de referencia), MySpace (redes sociales), Facebook (redes sociales), Google+ (redes sociales),Last.fm (música personales), YouTube (intercambio de vídeo), Taringa! (plataforma social), Second Life (realidad virtual), Flickr (compartir fotos), Twitter(microblogging y redes sociales). Muchos de estos servicios de medios de comunicación social puede ser integrado a través de redes sociales como plataformas de agregación.
Foros en línea: vBulletinphpBB


martes, 2 de febrero de 2016

¿Qué es una Plataforma Educativa?




Una plataforma educativa es una herramienta física, virtual o una 
combinación de ambas, que brinda la capacidad de interactuar con uno o varios usuarios con fines pedagógicos. Se considera además, que contribuyen en la evolución de los procesos de aprendizaje y enseñanza, complementando o presentando alternativas a las prácticas de educación tradicional.

La implementación de una plataforma educativa para la administración de cursos permite la autonomía de producción y publicación en la red de recursos y contenidos por parte de los participantes. El docente, teniendo en cuenta los objetivos educativos, autónomamente y con la posibilidad de editar en cualquier momento pone a disposición de sus estudiantes mediante alguno de los recursos ofrecidos por la plataforma: el programa del curso, contenidos o unidades temáticas (expuestos en textos, hipertextos, presentaciones, animaciones, videos…), actividades, bibliografía y evaluación. De manera análoga, con otro nivel de autonomía, el estudiante puede acceder a los contenidos y al desarrollo de las actividades propuestas.
Las plataformas educativas permiten estimular la idea de cooperación y de interacción, como aspectos centrales del proceso de aprendizaje y enseñanza, mediante el uso de herramientas colaborativas que favorecen la adquisición de aprendizajes significativos en los estudiantes y que al mismo tiempo afianzan en los docentes prácticas de enseñanza mediadas por las Tecnologías de la Información y la Comunicación(TIC). 

¿Cómo surge la idea de Plataforma educativa?
Enfoque que se ubica en períodos iniciales del e-learning y se basa en una perspectiva tecnocrática de los medios, es decir, en la idea de que la sofisticación de la tecnología y los recursos o medios utilizados garantizan la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

¿Qué es Edmodo?

EDMODO es una plataforma educativa que funciona igual que una red social, al estilo de facebook, tuenti o twitter. Que tiene todas la ventajas de este tipo de webs, pero sin los peligros que las redes sociales abiertas tiene, ya que se trata de crear un grupo cerrado entre el alumnado y el profesor, para compartir mensajes, enlaces, documentos, eventos, etc.

¿Cuáles son las características de Edmodo?

1.- Fue fundada en 2008 por Jeff O'Hara y Nick Borj. Recientemente fue adquirida por Revolution Learning (Learn Capital). El número de usuarios se ha ido incrementando notablemente con más de 500.000 usuarios en sus dos primeros años de vida, estando actualmente en más de 1.000.000.

2.- Alerta: permite crear avisos de140 caracteres (al estilo de twitter).

3.- Biblioteca: permite subir y almacenar todo tipo archivos multimedia útiles para la clase, como: fotos, vídeos, audios y textos.
4.- Calendario: permite fijar fechas importantes como exámenes, entrega de tareas a través de ASIGNACIONES, celebraciones.
5.- Marcadores: para armar un listado de sitios web recomendados.
6.- Permite hacer grupos-clase y dirigirte a los alumnos de manera individual o colectiva.
7.- El profesor al darse de ALTA en Edmodo, puede crear un determinado grupo el cual tiene un código. Ese código se lo das a cada alumno/a y se da de ALTA en ese grupo.
8.- La presentación de la plataforma es visualmente muy atractiva. Su interfaz es muy intuitiva.
Recientemente (abril 2011) se han creado nuevas aplicaciones y funcionalidades, siendo así una plataforma educativa que se va actualizando periódicamente.
9.- Permite crear subgrupos en un determinado grupo ya creado.
10.- Tiene un apartado llamado “comunidades”, donde los de profesores aportan links, comentarios, archivos y manuales referentes a esa comunidad específica.
11.- Los mensajes se pueden etiquetar y los alumnos/as se pueden escribir mensajes entre ellos.                                                 
  Una herramienta extraordinaria para los profesores de Enseñanza de Primaria y Secundaria. Podrán crear un aula virtual donde tener a tus alumnos/as de clase de ALTA y poder colocar tareas, enviarles correos, subir documentos, vídeos, archivos, link. Realizar exámenes, corregirlos, poner notas...

IMPORTANCIA DE LA PLATAFORMA EDUCATIVA VIRTUAL

La plataforma de educativa virtual ha constituido unos de los pilares fundamentales en la construcción del conocimiento permitiendo nuevos canales de comunicación tanto el aprendizaje sincrónico como asincrónico, esta modalidad de formación es un enorme potencial para los tutores y alumno pueden interactuar a través del dialogo mediado por ordenador.Los modelos de formación se pueden entender como plataformas para organizar el aprendizaje de las personas adulta. Así podemos identificar cuatro modalidades básicas de formación, cada una de las cuales representan categorías de aprendizaje diferentes:
1. Aprender de otros: los cursos de formación.
Los cursos de formación constituyen, sin duda, la modalidad formativa más extendida. Típicamente, los cursos implican la presencia de un formador que es considerado experto en un ámbito de conocimiento disciplinar, el cual determina el contenido, así como el plan de actividades. Las sesiones suelen desarrollarse con gran de objetivos o resultados de aprendizaje, relacionados con la adquisición de conocimientos y destrezas. Aunque la formación se orienta de forma homogénea al grupo en conjunto, el aprendizaje se entiende como un proceso individual.
2. Aprender con otro: aprendizaje colaborativo.
En muchas ocasiones aprendemos con otros realizando tareas grupales. El aprendizaje colaborativo comprende aquellos procesos formativos que orientan al grupo. Esto implica no solo que las actividades de aprendizaje se realizan con otros compañeros presente físicamente o no en un contexto de interacción y colaboración, sino que las metas y resultados de ese aprendizaje son también de carácter esencialmente grupales. Por tanto, lo que identifica a esta modalidad formativa es el carácter compartido de las metas de aprendizaje. La redacción conjunta de un informe, el diseño compartido de un proyecto de investigación, y la negociación de alternativas de solución a un problema planteado constituyen algunos ejemplos de aprendizaje colaborativo.
En la formación a través de internet, el aprendizaje colaborativo puede facilitarse mediante herramientas sincrónicas o asincrónicas (tales como el Chat, el correo electrónico o las listas de distribución y foros). Pero además de estos instrumentos de comunicación ya convencionales, existen distintos tipos de software destinado específicamente al trabajo colaborativo que permiten trabajar serial y /o simultáneamente en un mismo fichero, contemplar la interfaz de una unidad.
3. Aprender solos: la autoformación.
La autoformación parte del supuesto de que cualquier profesional es un individuo capaz de iniciar y dirigir por si mismo procesos de aprendizaje y formación, lo cual es coherente con los principios del aprendizaje adulto. Se trata de un tipo de formación básicamente abierta y no planificada, en la que la experiencia sirve como argumento para el aprendizaje, y en la que la reflexión juega un importante papel. Teniendo en cuenta que el desarrollo profesional no es un proceso equilibrado, sino que pasa por distintos momentos, los ciclos auto formativos ofrecen oportunidad de considerar la propia experiencia sobre la que se sitúa el foco de reflexión y el aprendizaje.
En tele formación, el carácter opcional e interactivo de los contenidos, así como la posibilidad de presentar la información en distintos formatos, permiten diseñar propuestas auto formativas en un entorno altamente personalizable. De entre la variedad de recursos y fuentes de información disponibles, el individuo selecciona su propio itinerario formativo en función de sus propios intereses y necesidades de aprendizaje, y va avanzando a través de dicho itinerario a su propio ritmo. No se espera que cubra la totalidad de los contenidos propuestos, sino aquellos que presentan una mayor relevancia para el alumno. Un proceso de este tipo, no obstante, presupone un grado de madurez considerable en el alumno, y exige a su vez que el formador –tutor desempeñe un rol orientador apoyo.
4. El aprendizaje informal.
En muchas ocasiones aprendemos cosas sin que nos lo hayamos propuesto. Observamos a alguien haciendo algo, leemos un artículo que por casualidad hemos encontrado, accedemos a una página de internet que nos proporciona información que no buscábamos pero resulta de nuestro interés, etc. 

El aprendizaje informal es, por su propia naturaleza, una modalidad formativa abierta y no planificada, y como tal diferenciada del aprendizaje formal.


lunes, 1 de febrero de 2016

CREER EN DIOS EN UN MUNDO DE INCREENCIA



A los cristianos de hoy nos toca vivir en un mundo en el que muchos hombres han desplazado a Dios de su vida y viven como si Dios no existiera; bastantes incluso niegan explícitamente su existencia. 



La increencia, la indiferencia, el ateísmo, nos rodean y acechan nuestra vida de fe. Y no se trata solamente de posturas individuales, sino de un fenómeno social amplio y difuso, que condiciona la visión del mundo, el modo de entender la vida, los criterios de valor, los comportamientos, la convivencia...; en una palabra, la cultura de nuestra sociedad.

Como este fenómeno nos afecta también a los creyentes, que vivimos en la misma sociedad y respiramos los mismos aires que todos, necesitamos replantearnos los fundamentos de nuestro creer y esperar, para afianzarlos y para poder dar razón de ellos ante todos los que nos rodean.
Para ayudarnos en este replanteamiento, analizaremos en primer lugar las características más relevantes de la cultura contemporánea. En un segundo momento, intentaremos descubrir los desafíos y retos que esta cultura plantea a la fe cristiana. Y, por último, procuraremos determinar las exigencias que se deducen de todo esto para nuestro modo de vivir la fe en estas circunstancias.

1. Características relevantes de la cultura contemporánea

Sin entrar en análisis profundos de tipo filosófico o sociológico, podemos individuar así los aspectos más relevantes de nuestra cultura que están incidiendo sobre la fe cristiana:

a) Una civilización científico-técnica

Un rasgo relevante de nuestra cultura es el espíritu científico, fruto de las grandes conquistas de las ciencias positivas en el último siglo. De ellas arrancan innumerables avances técnicos y tecnológicos que, no sólo han modificado nuestro modo de vivir, sino que llegan a determinar la concepción que el hombre tiene de sí mismo.

No se pueden negar los bienes que la ciencia y la técnica han aportado y aportan a la persona y a la sociedad. Pero, aun reconociendo tales bienes, es preciso reconocer también ciertos riesgos: que el hombre se embriague con sus conquistas, se fascine ante ellas y piense que «es como Dios», excluyendo por tanto a un Dios trascendente. El hombre puede llegar a absolutizar la ciencia y la técnica, y acabar, o bien por excluir la fe como innecesaria (si la ciencia lo explica todo, ¿para qué sirve la fe?), o bien por crear un antagonismo entre la ciencia y la fe (ciencia y fe son dos mundos diferentes y hasta enemigos), o bien por vivir en un permanente dualismo (recurrimos a la ciencia para todo; a la fe en lo que nos resulta misterioso, incomprensible).

b) Una civilización del consumo y del bienestar

Los avances de la ciencia y de la técnica han traído consigo en el mundo occidental una gran expansión económica, cuyo resultado ha sido la sociedad del bienestar que, a su vez, ha traído un espíritu desmedido de consumo: se procura un exceso de bienes y se crean falsas necesidades; la producción tiende a convertirse en un fin en sí misma; lo superfluo se convierte en necesario; el hombre se convierte en consumidor.
El espíritu consumista acaba generando en el hombre un ansia insaciable de tener y poseer; se siente desgraciado si tiene menos que los demás y acaba siendo insolidario, porque olvida a los más pobres y contribuye indirectamente a su explotación. Este materialismo le lleva fatalmente a vivir como si Dios no existiera y a procurar sacar el máximo provecho de la vida prescindiendo prácticamente de Dios.

c) Una sociedad que desea y busca libertad

La libertad es una cualidad inalienable de la persona, el primero de los derechos fundamentales del hombre porque Dios nos ha hecho libres. La libertad es condición necesaria para que toda persona o grupo social desarrolle y alcance su proyecto personal. Ser persona equivale a ser libre; pero ser persona equivale también a conquistar la propia libertad.
Porque la libertad es don y tarea, no resulta fácil. Unida al bienestar material, puede llevar o bien al individualismo, por el que nos aislamos y despreocupamos de los demás, o a un espontaneísmo que confunde libertad con realización del impulso del momento. Muchos, además, entienden la libertad como una libertad absoluta y sin límites, piensan que cualquier cosa atenta contra ella. Por ello consideran que la libertad es incompatible con la existencia de Dios porque pone límites a la libertad del hombre.

d) Una sociedad pluralista

En la sociedad actual coexisten diferentes modos de concebir la vida y de organizar el mundo. Esta situación no es mala en sí misma. Pero hay que reconocer que puede afectar negativamente a la fe y a la vida de los cristianos, por cuanto tiende a privatizar la vida religiosa, es decir, a reducirla al ámbito de lo privado y de la sacristía, a hacerla irrelevante en el ámbito de lo social y, finalmente, a negarle toda proyección pública, con la excusa de que la fe cristiana es «una visión entre tantas», cuando no se le acusa de querer imponerse sobre las demás.

Además, el pluralismo, al relativizar los modos de pensar, acaba desconfiando de cualquier ideología que intente ofrecer una visión del mundo y de la propia sociedad. Y la consecuencia más inmediata es que el hombre experimenta un vacío de sentido y una honda sensación de desamparo. Entonces, cada uno tiende a construir su propia visión del mundo y su propio código ético y moral, dando como resultado una conciencia moral fragmentada e individualista y negando la existencia de una ética universal válida para todos.

2. Desafíos y retos para la fe cristiana

«La ruptura entre el Evangelio y la cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiempo», decía el papa Pablo VI. Esta ruptura afecta a lo central del Evangelio, es decir, al sentido de Dios y al sentido del hombre. Por eso resulta necesario exponer, aunque sea brevemente, los retos que la cultura contemporánea presenta a la fe cristiana.

a) Oscurecimiento de Dios y del sentido del hombre

El primer reto que se le presenta a la fe cristiana es que, para el hombre de hoy, Dios ya no resulta fácil de encontrar porque la mentalidad científico-técnica parece relegarle a la periferia y a los confines del mundo. Antes que buscar explicaciones en la religión, se buscan en la ciencia, de modo que Dios y su misterio son cada vez menos «misterio» y acaba por ser innecesario y hasta superfluo.
No es extraño pues que la increencia y la indiferencia religiosa afecten a un gran número de personas. Incluso para muchos bautizados, el hecho y la práctica religiosa han perdido o van perdiendo progresivamente significación y relevancia vital. Las mismas formas de vida contribuyen a que jóvenes y adultos pierdan la capacidad de preguntarse por el origen y el sentido último de la vida. Para muchos de ellos, la fe cristiana es incapaz de dar respuesta a sus necesidades, inquietudes e interrogantes más vitales.
Y el oscurecimiento de Dios produce el oscurecimiento del hombre, que se manifiesta no sólo en que el hombre pierde su fundamento sino también en la ausencia de convicciones sobre su ser y realidad más profundos. Y si el hombre no sabe lo que es, tampoco encuentra motivos para valorar y respetar a los demás hombres. Organizar la tierra sin Dios lleva fatalmente a organizarla contra el hombre. Con lo cual descubrimos una de las contradicciones más tremendas de nuestra civilización: el humanismo exclusivo (sin Dios) se convierte en un humanismo inhumano.

b) Nueva sensibilidad por el hombre y retorno a lo sagrado

Sin embargo, esta misma cultura, aún con grandes ambigüedades, está provocando una gran sensibilidad por la dignidad de la persona y su libertad, y un resurgir de lo sagrado.
En efecto, la sensibilidad por los derechos humanos aparece y crece con fuerza; los derechos de las minorías son cada vez más promovidos y respetados; en los países más ricos, se aprecia un aumento de solidaridad social hacia los países más pobres; se multiplican las iniciativas basadas en el voluntariado social... Todos estos hechos no pueden más que interpelar, y alegrar, a una conciencia cristiana que sabe que el camino del hombre es el auténtico camino hacia Dios.
Junto a esta sensibilidad, se descubre también una solicitud de valores religiosos que den sentido a la vida. En el corazón de muchos de nuestros contemporáneos brotan anhelos por encontrar respuestas más válidas, con mayor sentido y fundamento y de mayor alcance y repercusión vital que las que proporcionan los modelos de pensamiento actualmente de moda. Pero esta búsqueda de lo religioso irrumpe muchas veces bajo formas no siempre auténticas ni exentas de ambigüedad, como lo pone de manifiesto la búsqueda de una religión sin Dios, el desarrollo de las sectas, el auge de todo tipo de superstición y magia o el resurgir de los «fundamentalismos». Todos estos fenómenos exigen de los cristianos un cuidadoso discernimiento y un esfuerzo por conectar adecuadamente con las inquietudes religiosas de muchos con ofertas auténticas de sentido.

c) Ambivalencia de la cultura y división del corazón humano

Hemos de reconocer que las tensiones que atraviesan la cultura y el hombre contemporáneos, no son otra cosa que la manifestación de la división profunda que anida y atenaza el corazón del hombre. La cultura moderna refleja, con nuevos perfiles y modos, la eterna lucha dramática entre el bien y el mal, entre las fuerzas constructivas y las destructivas.
Sin embargo, a los ojos de la fe, el mundo no es un caos ni está sujeto a su propio albedrío ni dirigido por un destino fatal. Para la fe, el mundo aparece «fundado y conservado por el amor del Creador, esclavizado bajo la servidumbre del pecado, liberado por Cristo, crucificado y resucitado, roto el poder del Maligno, para que se transforme según el designio divino y llegue a su consumación» (Gaudium et spes, 2). Por eso los creyentes nos sentimos impulsados por el amor de Cristo a llevar la luz de Dios a los que no le conocen o lo rechazan, y a desarrollar todo el dinamismo de la caridad para que el mundo sea más Reino de Dios y casa del hombre.

3. Vivir la fe en un mundo de increencia

Para responder a todos estos retos, ¿qué calidades o características ha de tener la fe de los cristianos actuales?

a) Una fe, centro y fundamento de la vida
La fe no puede relegarse a la periferia de la vida, como una cosa más entre otras. Si Dios es el fundamento y está en el centro de la vida del hombre, nuestra adhesión a él tiene que estar también en el centro. La fe cristiana es verdadera fe cuando toda la existencia del cristiano se estructura y desarrolla en torno a ella, de modo que no sea algo añadido a la persona, sino el principio motivador y operante de toda la vida. La fe se convierte entonces en la fuerza que transforma e inspira «los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida» (Evangelii nuntiandi, 19).

Por eso no podemos considerar la fe como algo que tenemos «de una vez para siempre». Tampoco tiene respuestas prefabricadas para todas las situaciones de la vida. La fe cristiana vive de la relación amorosa, viva y personal, con Dios, no sólo de las prácticas piadosas o de las fórmulas con que solemos confesarla. En una crisis como la actual, la fe cristiana sólo puede cimentarse en la escucha de Dios, en la intimidad con él y en la obediencia a su palabra.

b) Una fe, experiencia personal
Creer en Dios, vivir la fe, es tener experiencia personal de Dios, y de Jesucristo. Una experiencia que brota y arranca del encuentro personal con él y que lleva a descubrir que solamente él da respuesta a los interrogantes, anhelos y preguntas más íntimas y vitales. Significa que cuanto creemos no es un conjunto de verdades, de palabras o fórmulas, sino que nuestra fe es una adhesión a una persona, a quien creemos y en quien hemos puesto toda nuestra confianza.

Tener experiencia de fe es mantener una relación interpersonal con el Dios vivo y verdadero, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Esta relación interpersonal se nutre de la escucha de su palabra y de la oración. Y se traduce en vivir como hijos de Dios, haciendo la voluntad del Padre y amando a los hombres como hermanos. Quien tiene esta experiencia se convierte en «sal de la tierra» y «luz del mundo» (cf. Mt 5,13-16).

c) Una fe compartida y celebrada en comunidad
El cristiano no vive su fe en solitario. Se es cristiano en la Iglesia y gracias a la Iglesia. La Iglesia no es algo opcional para el cristiano, en el sentido que pueda optar y vivir la fe cristiana al margen o fuera de ella. Fe personal y fe eclesial se requieren mutuamente.
Ciertamente, la fe es un acto personal. Pero llegamos a la fe, podemos decir «yo creo», gracias al «nosotros creemos» que pronuncia la Iglesia. Es ella la que nos ha hecho y hace llegar continuamente la palabra de Dios y su presencia salvadora en los sacramentos.

En nuestra cultura individualista y fragmentada, la fe cristiana necesita hoy manifestar su dimensión comunitaria. Nuestra fe personal precisa de la fe de los demás cristianos, necesita expresarse y celebrarse en común; que sea la iglesia la que nos convoque como pueblo de Dios redimido y salvado, que sea la fe la que cree vínculos de unidad y fraternidad porque rebasa los lazos normales humanos.

d) Una fe encarnada y vivida en el mundo
No es posible creer en el Dios y Padre de Jesucristo al margen o huyendo de este mundo. Y la razón es bien clara: «Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único» (Jn 3,16). El Vaticano II lo expresó bellamente: «Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de los que sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón... La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia» (Gaudium et spes, 1).
Los cristianos, llamados a transformar el mundo en Reino de Dios, lo hemos de hacer desde dentro del mismo mundo y de su historia. Es la ley de la encarnación señalada por el mismo designio salvador de Dios, que, para rescatar al hombre, «plantó su tienda entre nosotros». Una fe que no se encarne en el mundo corre el riesgo de ideologizarse, de convertirse en teoría sobre Dios, pero no en adhesión al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

e) Una fe testimonial
La fe no es «para uso privado» del cristiano; tampoco para recurrir a ella en momentos de dificultad ni mucho menos para tenerla como «tapagujeros». La fe es para anunciarla a todo el mundo sin ningún complejo de superioridad, porque servimos al Reino de Dios, pero tampoco sin ningún complejo de inferioridad, como pidiendo permiso para anunciarla.
No puede vivirse la fe con la actitud vergonzante del silencio. Todo el que ha oído a Cristo y se ha adherido a él, se convierte en testigo de Cristo. Por eso, el testimonio nos es hoy más necesario que nunca. «El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan...; o si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio» (Evangelii nuntiandi, 41).

f) Una fe que se vive en el amor
No es tarea fácil vivir como cristianos en un mundo secularizado, desunido y a veces enfrentado; en esa crisis de civilización que afecta sobre todo al occidente tecnológicamente desarrollado, pero interiormente empobrecido por el olvido y la marginación de Dios. En estas circunstancias ya no sirven las motivaciones puramente sociológicas ni la ilusión que nace de los proyectos humanos. Sólo la fuerza del amor que nace de la convicción de que Dios sigue apostando por el hombre, y precisamente por el hombre de hoy, es capaz de superar complejos de minoría, persecuciones e indiferencias.

A la crisis de civilización hay que responder con la civilización del amor, fundada sobre los valores universales de la paz, solidaridad, justicia y libertad, que encuentran en Cristo su plena realización. A esta tarea estamos convocados todos los cristianos en estos tiempos de cambio de época en que nos ha tocado vivir.